Todo sobre la amatista

La amatista es una hermosa piedra preciosa de color púrpura que ha sido atesorada por muchas culturas a lo largo de la historia. Su color único y su estructura cristalina lo han convertido en una opción popular para joyería, decoración y prácticas espirituales. Pero más allá de su atractivo estético, también se cree que la amatista posee una variedad de propiedades metafísicas que pueden beneficiar la mente, el cuerpo y el espíritu.

Una de las propiedades metafísicas de la amatista más citadas es su capacidad para promover una sensación de calma y tranquilidad. Se cree que esto se debe a su asociación con el tercer ojo y los chakras de la corona, que se cree que gobiernan nuestra intuición y conciencia espiritual. Cuando estos chakras están abiertos y equilibrados, podemos experimentar una mayor sensación de claridad y conexión con nuestro yo interior.

Además de promover la calma y la claridad, también se cree que la amatista tiene una energía protectora que puede protegerse de las energías negativas y promover el crecimiento espiritual. Esto puede deberse a su capacidad para activar los chakras superiores, como los chakras de la corona y de la estrella del alma, que están asociados con nuestra conexión con lo divino y nuestro yo superior. Cuando se usa en meditación o prácticas espirituales, la amatista puede ayudar a facilitar una conexión más profunda con el reino espiritual y mejorar nuestra capacidad de recibir ideas intuitivas.

En la antigüedad, la amatista era muy valorada y apreciada por su color púrpura intenso, que se creía que era un signo de realeza. La piedra se utilizaba a menudo para adornar las coronas y cetros de reyes y reinas. Los antiguos griegos también creían que la amatista tenía el poder de protegerse de la embriaguez y la intoxicación. De hecho, el nombre "amatista" proviene de las palabras griegas "a" que significa "no" y "methystos" que significa "ebrio".

Los antiguos egipcios usaban la amatista para tratar diversas dolencias, incluidos problemas digestivos, dolores de cabeza y afecciones de la piel. Creían que la piedra tenía un efecto calmante en la mente y el cuerpo, lo que ayudaba a promover la salud y el bienestar general.

Durante la Edad Media, la amatista se utilizaba para proteger contra el mal y alejar las energías negativas. A menudo se usaba como talismán o amuleto para brindar protección durante las batallas y otras situaciones peligrosas. También se creía que la piedra mejoraba la conciencia espiritual y promovía la paz y la armonía interiores.

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